Gobierno de López Obrador dice que medida abre el camino para ratificar tratado comercial firmado.
El Gobierno mexicano celebró este viernes que el levantamiento de los aranceles que impuso Estados Unidos a su acero y aluminio “abre el camino” para ratificar el tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y anunció la suspensión de los aranceles impuestos como represalia.
“Recibimos con gran entusiasmo la decisión del presidente Trump de eliminar los aranceles impuestos a México y Canadá al acero y aluminio. Esta acción abre el camino para avanzar hacia la ratificación del TMEC”, publicó en Twitter el subsecretario para América del Norte del Gobierno mexicano, Jesús Seade.
En un comunicado, la Presidencia de México detalló que se alcanzó un acuerdo con Estados Unidos de modo que “se levantan dichos aranceles, quedando sin cuotas el
acero y el aluminio” de México. “Por su parte, México se compromete a eliminar todos los aranceles que impuso como represalia por las medidas adoptadas por el Gobierno de Estados Unidos”, añadió el comunicado.
También informó que ambos países acordaron “poner fin a todos los litigios pendientes, entre ellos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC)” sobre este asunto e implementar “medidas para prevenir la importación de aluminio y
acero a precios de ‘dumping'”.
El Gobierno mexicano consultó este pacto con el canadiense, país que también forma parte del acuerdo comercial pendiente de ratificación. El presidente estadounidense, Donald Trump, confirmó este viernes que su Gobierno ha alcanzado un acuerdo con México y Canadá para eliminar los aranceles estadounidenses al acero y el aluminio, y confió en que eso allane el camino para la ratificación del T-MEC.
“Acabamos de alcanzar un acuerdo con Canadá y México, y venderemos nuestros productos a esos países sin la imposición de aranceles, o de grandes aranceles”, afirmó Trump durante un discurso ante una conferencia de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios de EE. UU.
En mayo del año pasado, el presidente estadounidense, Donald Trump, inició una guerra comercial al imponer aranceles a la importación de acero y aluminio a la Unión Europea, Canadá y México, en una política conocida como Medida 232.
Como respuesta, México suspendió el tratamiento arancelario preferencial a una amplia variedad de mercancías procedentes de Estados Unidos. Se publicó un decreto del entonces presidente Enrique Peña Nieto que disponía aranceles de entre 15 y 25 por ciento a productos de acero y agropecuarios originarios de Estados Unidos.
Desde entonces, el Gobierno mexicano ha reiterado en numerosas ocasiones que Washington debía eliminar estos aranceles antes de la entrada en vigor del T-MEC, el renovado acuerdo de libre comercio de América del Norte, que podría ser ratificado antes de fin de año.
“México no es una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos. Las importaciones que Estados Unidos hace de acero y aluminio de México son menores a las importaciones que nosotros hacemos”, sostuvo en marzo la subsecretaria mexicana de Comercio Exterior, Luz María de la Mora.
A esta demanda se sumó la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) de México, que criticó que la Medida 232 se “impuso injustamente”. Según datos ofrecidos por la subsecretaria, México tiene un déficit comercial con Estados Unidos de 2.000 millones de dólares en el acero y otros 2.000 millones en el aluminio.