Además de Alan García, que se suicidó este miércoles en Lima a los 69 años cuando iba a ser arrestado en el marco de la investigación por el megaescándalo de corrupción Odebrecht, otros cuatro expresidentes enfrentan causas judiciales en Perú.
Con Pablo Kuczynski, detenido este mes, ya son dos los exmandatarios peruanos presos, después de que en enero pasado Alberto Fujimori fuera devuelto a la cárcel a terminar de cumplir una condena de 25 años por crímenes de lesa humanidad durante su gobierno (1990-2000).
Los otros dos expresidentes que encaran investigaciones judiciales y que pueden terminar tras las rejas son Alejandro Toledo (2001-2006) y Ollanta Humala (2011-2016).
Todos los exmandatarios electos que gobernaron Perú tras el fin del régimen militar en 1980 tienen causas judiciales. Tres, además de García, están salpicados por el escándalo de las dádivas de Odebrecht a políticos; y Fujimori, por violaciones de los derechos humanos y corrupción.
Humala y Kuczynski tienen prohibición de salida del país –García también la tenía–, mientras que Toledo escapó a Estados Unidos, donde enfrenta un pedido de extradición.
El fallecido presidente interino Valentín Paniagua, que gobernó ocho meses entre la caída de Fujimori y la elección de Toledo (noviembre 2000-julio 2001) es la solitaria excepción que escapa a las acusaciones.
La constructora brasileña Odebrecht admitió ante la justicia estadounidense que había pagado 29 millones de dólares en sobornos durante tres gobiernos peruanos, incluido el segundo de García.
En diciembre pasado, la compañía firmó un acuerdo de cooperación por el cual accedió a pagar una multa al Estado peruano y a entregar testimonios que pueden comprometer todavía más a los expresidentes y a otros políticos y funcionarios peruanos.
Humala y su esposa Nadine estuvieron nueve meses en prisión preventiva por el caso Odebrecht.
Fujimori estuvo un año libre, luego que Kuczynski lo indultara en la Navidad de 2017, pero volvió a prisión en enero después de que la justicia peruana anulara el perdón presidencial por cuestiones de forma.
Aunque el expresidente de antepasados japoneses no está involucrado en el caso Odebrecht, sí lo está su primogénita, la líder opositora Keiko Fujimori, quien está en prisión desde el 31 de octubre acusada de recibir aportes ilegales de la constructora brasileña para la campaña en 2011.
En noviembre de 2018, García había solicitado asilo en la embajada uruguaya, alegando ser víctima de una persecución política después de que la justicia peruana le prohibiera salir del país, pero el gobierno del frenteamplista (izquierda) Tabaré Vázquez rechazó su pedido.