Theresa May ha utilizado la última bala de la recámara, después de que en las últimas horas diferentes ministros y compañeros de partido le hubieran hecho llegar el mensaje. La primera ministra, en reunión a puerta cerrada con el grupo de los diputados conservadores sin cargo en el Gobierno, el llamado Comité 1922, ha anunciado que no seguirá en Downing Street cuando se ponga en marcha la segunda fase de las negociaciones del Brexit con la UE. Es el modo de salvar su acuerdo de retirada de la UE, rechazado ya estrepitosamente en dos ocasiones por Westminster. Los euroescépticos habían dado a entender su disposición a respaldar el acuerdo, en una tercera votación, si May ponía fecha a su dimisión.
Esa fecha todavía no ha sido fijada, pero la primera ministra ha dado a entender claramente que no seguirá en los próximos meses y facilitará una transición ordenada en el Partido Conservador, para que la formación disponga del tiempo necesario para buscar un sucesor. El movimiento de May no garantiza que su plan del Brexit vaya a salir adelante. Al menos unos 15 diputados siguen aferrados a su negativa, pero se trata de un anuncio fundamental para comenzar a cambiar los ánimos conservadores.