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Si es cierto, se trata de una revolución histórica en la Iglesia. Por primera vez, el Papa nombraría una mujer para dirigir uno de los dicasterios más importantes del gobierno de la Iglesia. La versión asegura que Francisco designará en breve a la profesora italiana Claudia Ciocca al frente de la estratégica Secretaría de Economía, que reúne todos los sectores económicos y financieros de la Iglesia. De ella depende incluso el IOR, el Instituto para las Obras de Religión, llamado el “banco del Papa” saneado de un pasado pletórico de escándalos.
Claudia Ciocca es actualmente directora de la sección Control y Vigilancia de la Secretaría de Economía. Es profesora del ateneo del Opus Dei en Roma, la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, y las expectativas se explican no solo porque sería la primera vez que una mujer se codearía con prefectos de las congregaciones y presidentes de las comisiones pontificias, casi todos cardenales, sino porque Ciotti debería reemplazar al cardenal George Pell, actualmente en una cárcel australiana, condenado por abusos sexuales de dos menores.
Ya han comenzado a saltar las objeciones. “Es demasiado joven para tan alto cargo”, murmuran algunos en el Vaticano, que no se atreven a decir “es una mujer”. Otros insinúan que el Opus Dei ha participado -y mucho- en la economía vaticana.
Condenado. El ministerio de Economía vaticana está acéfalo desde el retiro del cardenal George Pell, sentenciado a prisión por pedofilia en Australia (Reuters).
Los reparos de sectores poderosos en el Vaticano no concluyen allí. Para frenar el nombramiento, hay quienes objetan que quien la introdujo en la Secretaría fue monseñor Lucio Vallejo Balda, el monseñor español ya condenado en el proceso VatiLeaks 2 por filtraciones de documentos, junto con Francesca Chaouqui. Estas dos personas dieron grandes dolores de cabeza al Papa Francisco hasta que fueron apartados de sus funciones.
Las “murmurationes” vaticanas avanzan incluso hasta llegar a consignar también la oposición del secretario de Estado, Pietro Parolin, el número dos de la Santa Sede.
De momento, en las altas cumbres todo es silencio, por lo que resulta difícil evaluar la consistencia de las especulaciones.
Es seguro que el Papa debe afrontar “di petto” la designación del nuevo prefecto de la Secretaría de Economía, que está descubierta desde hace dos años a raíz del escándalo protagonizado por su titular, el cardenal Pell, quien pidió permiso al pontífice y viajó a Australia a fin de defenderse de las acusaciones que al final lo han llevado a la cárcel. El 12 de marzo fue condenado por cinco delitos de pederastia contra dos menores, ocurridos en los años 90.
El periodista Luigi Bisignani, criado en la Argentina y muy cercano al fallecido líder democristiano Giulio Andreotti, a quien veía todos los días, ha calificado de “zarina” de la economía vaticana a Claudia Ciotti. La mujer entró en la Secretaría como una experta contable de la empresa de autoría KPMG-España y después fue contratada por la Santa Sede.
El caso comienza a despedir los habituales venenos de las polémicas que cada tanto agitan los pasillos vaticanos. No faltan quienes sospechan que está en curso una nueva maniobra contra el Papa argentino por parte de la conspiración ultraconservadora y tradicionalista.
