Con el apoyo de la mayoría de los países de la región y la Unión Europea, la Asamblea Nacional de Venezuela se prepara para definir en las próximas horas el plan de acción que seguirá contra el presidente Nicolás Maduro en el arranque de su segundo sexenio.
El Congreso, controlado por la oposición, convocó a un “cabildo abierto” frente a las oficinas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en el este de la capital, para definir junto a la población las acciones que tomarán para hacer frente a lo que han considerado como la “usurpación” del cargo por parte de Maduro.
Al invitar a los venezolanos a sumarse al “cabildo abierto”, el recién nombrado presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, afirmó el jueves que el encuentro será fundamental en el proceso para lograr el “cese de la usurpación”, el “gobierno de transición” y las elecciones libres.
Asimismo, Guaidó exhortó a las fuerzas armadas a sumarse al proceso de transición, y les dijo, en un mensaje que difundió en su cuenta de Twitter, que “hoy no tienen comandante en jefe”.
Por su parte, Maduro tuiteó el jueves que “hemos dado una batalla épica… No permitiremos la injerencia imperial”. Fue un abierto reto a la mayoría de sus vecinos de la región y la Unión Europea, que desconocieron su reelección del pasado 20 de mayo.
El gobernante, de 56 años, tomó la víspera juramento como presidente para su segundo sexenio ante el Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el oficialismo. Aunque la constitución obliga al presidente a jurar ante la Asamblea Nacional, el máximo tribunal sentenció que el acto no podía hacerse en esa instancia porque los congresistas opositores estaban en “desacato” a las decisiones del Poder Judicial, y sus actos eran “nulos”.
Argentina, sin romper relaciones, prohibió “el ingreso a la República de integrantes de alto nivel del régimen venezolano”, según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Poco después del acto en el máximo tribunal, Maduro acudió a la Academia Militar, en el oeste de la capital, donde el ministro de la Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López, ratificó el respaldo de la fuerza armada al gobernante, y dijo, durante la toma de juramento de varios cientos de militares, que “acatamos sin vacilación su mando único e indiscutible liderazgo para dirigir los destinos de la patria en los próximos seis años y lo reconocemos como nuestro comandante en jefe”.
Maduro arranca su segundo sexenio en medio de crecientes presiones externas e internas que amenazan con agravar la crisis económica y social dominada por una hiperinflación de siete dígitos y una fuerte recesión.