Los gobiernos de México y los países de Centroamérica reaccionaron inicialmente con cautela a las amenazas del presidente estadounidense Donald Trump de que cerrará la frontera y suspenderá la ayuda a esas naciones si no cumplen sus compromisos para controlar el flujo de migrantes.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo tomarse muy en serio las amenazas de Trump pero aseguró que no contestará al jefe de la Casa Blanca porque quiere “actuar con mucha prudencia, no engancharnos en una confrontación, en un pleito”.
“Entraríamos en esta dinámica y yo prefiero el amor y paz”, afirmó cuando fue interrogado directamente sobre si México se prepara para un eventual cierre de la frontera. “Tan lo tomo en serio que debemos actuar con prudencia”, subrayó.
El mandatario insistió que México está ayudando en el control del flujo migratorio. “Tenemos que ordenar esa migración, que sea legal y, al mismo tiempo, que se protejan los derechos humanos… pero serenos, tranquilos, sin aspavientos y con mucha responsabilidad”.
Por su parte, la presidencia de El Salvador, en su cuenta oficial de Twitter, señaló el domingo que ese país “ha realizado importantes avances en cada uno de los ejes establecidos en el Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte, por lo que confiamos que la cooperación del pueblo de los Estados Unidos se mantendrá para la región”.
El gobierno salvadoreño indicó, además, que de momento no ha recibido un anuncio oficial por parte de Washington sobre la cancelación de la ayuda.